Solía perder la mirada hacia el horizonte, afuera, y dejar volar mi imaginación a otros sitios, a otros momentos. Hoy pierdo mi mirada al igual que ayer, pero hacia adentro, hacia mis sentidos.
Absorta en mi interior dejo volar mi imaginación para recorrer mis rincones, descubro mis temores, mis deseos, que corretean jugando con mi voluntad y mi disposición, esto cerca del centro de mi cuerpo.
Un poco más arriba tuerzo, en mis brazos descubro unas ganas increíbles de brindar lo mejor sentadas en la disposición infinita de mis metas, en coloquio ameno sobre la relajación de mis impulsos.
Sonrío y continúo más arriba. Me deslumbro con la facilidad de cambiar el ritmo de mis latidos y con la velocidad de cientos de pensamientos que fluyen en una sola dirección. Siento que debo asomarme sobre las elevaciones de mi alma para entender la causa de mi fascinación. Me invade una inquietud placentera, me cuelgo de las ramas de mi vida, aprecio como se tejen las arterias de mi corazón a un ritmo particular y ahí rondan también los mencionados pensamientos. Corto el vuelo en mi interior y me poso como un beso en las cercanías, alzo los ojos… Ahí estas tú.
kmo! me encanta!
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